La alegría es una emoción tan auténtica que tiene su propio himno. (Suena de fondo “Escucha hermano la canción de la alegría, el canto alegre del que espera un nuevo día”) La sonrisa se nos amplía cuando estamos alegres, el corazón late más fuerte y sentimos que no hay nada que pueda salir mal.
Las sensaciones vinculadas a la alegría habitan todo nuestro cuerpo. Un grupo de investigadores finlandeses creó un mapa corporal que muestra en qué partes del cuerpo se canalizan las emociones. Luego de estudiar a más de 700 personas se comprobó que esta emoción nos habita de pies a cabeza.
Pero un momento, ¿la felicidad está vinculada a la alegría? ¿Qué es primero la alegría o la felicidad? Ni lo uno ni lo otro. Aunque parecen lo mismo, estas dos palabras tienen diferencias sustanciales.
Estas son tres formas de entender la diferencia entre alegría y felicidad:
Una de las primeras diferencias entre alegría y emoción es que pertenecen a categorías diferentes. La alegría es una emoción, es decir una reacción del cerebro ante un estímulo.
No importa si ese incentivo es interno o externo, el punto con las emociones es que son estados transitorios, pasajeros. Piensen que se vuelven a encontrar con esx amigx que llevaban tiempo sin ver, la dicha que sienten al abrazarlx es pasajera, luego vendrá el chisme o la nostalgia por contar que terminaron con sus ex.
Por otro lado, la felicidad hace parte de los sentimientos, que corresponden a estados emocionales con un efecto permanente y más estable. Algunos psicólogos aseguran que los sentimientos son más racionales y se les da mucha más importancia en la vida.
Por ejemplo, eres feliz cuando te detienes a recordar la familia que tienes, cuando agradeces porque estás en tu trabajo ideal o incluso cuando llevas varias sesiones de terapia y te cumples a ti mismx con ese objetivo.
Ya lo mencionamos antes: las emociones son pasajeras y los sentimientos son más prolongados: la duración hace la diferencia.
La alegría son como ráfagas cortas, esa montaña rusa que sube y baja, es súbita y no se prolonga. Aunque las personas alegres sonríen y se ríen constantemente, algunos estudios han encontrado que esta forma de expresar su emoción suele relacionarse con infelicidad: las máscaras también tienen forma de sonrisa.
La felicidad es permanente, dura más tiempo y aunque se presenten malos ratos o situaciones tristes, lxs personas mantienen sensaciones de plenitud y estabilidad. La felicidad hace que te sientas agradecidx por la vida que tienes, estás conectadx contigx mismx. No importa si “muestras muela” o no, la felicidad no depende de una carita feliz.
Ya tenemos claro que no todo lo que brilla es oro, así como no todas las sonrisas son sinónimo de felicidad. La forma de expresar la felicidad y la alegría es tan variada como la vida misma.
Por un lado, la alegría es espontánea. Gritas, saltas y mueves las manos para festejar, te ríes y luego bajas la voz. Después de sentir esta emoción sigues tu vida cotidiana y las expresiones corporales cambian.
En cambio las personas felices no siempre están saltando de una pata. Se cree que la felicidad se expresa con seguridad, mostrando actitudes positivas y de calma, mirando al frente cuando te saludan y brindando sonrisas francas.
Si bien la felicidad y la alegría son diferentes hay que pasar por la emoción para llegar al sentimiento. Explora tus sentires sin tapujos, no dejes que la toxicidad te absorba y abre los brazos para que lleguen días felices. Entrégate a la belleza de la vida.