Por Andrés Salazar
Estamos en paro, y seguiremos así, hasta que todas las voces al fin sean escuchadas, y sobre todo, hasta que se reconozca lo que hay que reconocer, injusticias, brechas, huecos sociales y políticos que nos tienen sumidos en una de las peores crisis humanitarias de nuestra golpeada historia. El paro nos afecta a todos, de muchas maneras, y estamos cansados, pero era algo inevitable, algo que no podía esperar más, que estaba dormido y despertó, y ojalá, con ese despertar, podamos por fin avanzar porque en loop no podemos seguir.
Mientras en las calles desaparecen personas, matan, violan derechos humanos y hay movilización, en algún salón se reúnen “representantes” de diferentes partes para hablar e intentar llegar a acuerdos, reuniones que ya no aguantan más y que corren en contra del tiempo, ¡ya no más!
En medio de disturbios y esa carrera contra el tiempo, hay una lucha que se ha hecho visible: la lucha LGBTI. El movimiento Queer obtuvo por fin el protagonismo que merece y su voz se alzó para manifestarse en contra de la represión en la que por años ha vivido.
Bailes, cantos, sonidos, banderas, performances, gritos, todo tipo de manifestaciones artísticas y culturales han sido el poder de resistencia de drags, trans, gays, lesbianas y miembros de la comunidad, actos que se han convertido en una de las resistencias más fuertes, claras y dicientes del último y oscuro mes.
Como medio no somos ajenos a las luchas, las entendemos, las comprendemos, las respetamos, las acompañamos, desde nuestro quehacer diario. Por eso, en medio de la crisis celebraremos, festejaremos el mes del orgullo LGBTI y sobre todo, seguiremos dando voz a lxs que han intentado callar. Como medio nos sumamos a todas las formas de lucha y resistencia, con responsabilidad, respeto y entendimiento. Somos Todo Lo Rico, celebramos el placer y las manifestaciones artísticas que buscan un cambio, una verdadera revolución.