Ni el culo ni las tetas son el problema, el que quiera que se las ponga, que se las quite, que se las agrande, que se las reduzca, que las muestre, que las esconda.
Por: Andrés Salazar
Las tetas y el culo no son el problema, nunca lo han sido. El problema es la doble moral, de algunas (muchas) personas, y de las “políticas” de las redes sociales, que señalan con ese dedo punzante algo que deberían señalarse ellas mismas, y que ni movimientos como #Freethenipple o #IWantToSeeNyome han podido desmontar.
¿Cómo es posible que un man (cualquiera) se mande poner implantes de silicona, lo grite a los cuatro vientos virtuales, postee sus nuevos pechos en Instagram y no haya ninguna censura? ¿Cómo es posible que una mujer (cualquiera), que medio asoma un pezón en una foto en la misma red, tenga que ser censurada o tapada? ¿No tiene sentido verdad?
O sí, tal vez lo tenga, en el multiverso de la doble moral (y de la estupidez). Entonces claro, porque es un man que por diversión quiso hacerlo, pues las tetas pueden salir, pero cuando una mujer quiere mostrarlas (porque de nuevo, el problema no son las tetas), ahí sí no está bien visto, viola las políticas de la red.
Ahora bien, hablando de culos, es monstruoso que alguien quiera juzgar al otro porque lo muestre, y mucho más, invalidar una posición social o un pensamiento político por hacerlo. Que el que quiera mostrar el jopo, que lo haga, sea feminista, marxista, seguidora o seguidor del pandebono con bocadillo, uribista, evangélicx, influencer, webcamer, abogadx, belieber, políticx…
Mostrar las nalgas o los pezones no debería ser motivo de censura en ninguna red (y claramente no hablamos de niños ni de terrenos pronográficos). Realmente eso no define a nadie y el respeto es incondicional. Lo que sí debería tener una censura son las propias redes sociales las cuales, en unos casos, objetan y en otros permiten, como si lo uno fuera diferente a lo otro solo por el género, la talla y hasta la forma de pensar.
Muestre lo que quiera y que se joda la culpa.